Sólo quiero advertir, antes de nada, que si no has visto el capítulo final, ni te mires la entrada puesto que hay spoilers e imágenes que no habrás visto aún.
Yo sólo aviso, y el que avisa no es traidor.
Señoras y señores.. se terminó Fringe. Ahora ya no desearemos que llegue el viernes para poder pensar que hay nuevo capítulo, pero en parte, me alegro de que haya terminado puesto que hemos podido ver que no termina tan mal como esperábamos, o al menos, como yo esperaba.
Sé que llego un poco tarde para dar mis impresiones sobre el final de Fringe pero mi única disculpa es que he tenido exámenes este último mes y hasta el martes no tuve mi cabeza libre para poder ver semejante final. Así que ayer por la mañana me dispuse a ver Fringe en buena compañía. Al principio, debo reconocer que estaba algo nerviosa puesto que me esperaba un doble capítulo bastante más duro de lo que ha sido.
Sé que el tono sentimental de la serie no debe desaparecer en ciertos aspectos, el primer capítulo me puso de los nervios. No sé vosotros, pero si yo tuviera 3 horas para hacer 4 saltos entre dimensiones, no me lo pensaría demasiado y quitaría tanta conversación. Es el caso de Olivia Dunham y su vuelta al Cortexiphan. Algo que vi como homenaje o recordatorio de algo que ha estado muy presente durante las cuatro temporadas anteriores. Me encantó que volviera a verse las caras con Alt-Olivia o con Lincoln pero creo que se pasó demasiado tiempo y nos mostraron muy poco para todo lo que tenía que hacer aún.
Y como no, volvemos a Liberty Island, otra vez a la estatua de la libertad. Muchas cosas han pasado allí en estos 100 episodios de la serie y como no, tenía que seguir pasando. Una vez recuperado el niño (recordemos que el niño siempre ha sido importante) toca volver de nuevo con los suyos. Uno de los reencuentros más emotivos igual que la despedida entre Olivia y Peter justo antes del primer salto. Cosas como esas, son las que te hacen pensar que los echarás mucho de menos.
Pasando al siguiente episodio, muchas cosas son las destacables. Tiene muchos más guiños y puntos graciosos que combinan perfectamente con ese nerviosismo de saber que son los últimos 40 minutos que vas a ver de la serie.
En la anterior entrada sobre Fringe comenté los nombres que Walter le ponía a Astrid, desde Asteroide hasta Avestruz. Esta vez, por fin, le llamó por su verdadero nombre, no sé si por el hecho de que sabía que sería una de las últimas veces que podría estar con ella o porque le enseñó a su preciada amiga ambarizada, que es conocida por todos, como la vaca de Fringe (no puedo evitar recordar una de las frases célebres del come regalices: «El único ser mejor que la vaca es el ser humano, a no ser que necesites leche, entonces es la vaca»). Un detalle muy bonito de Astrid que nos muestra esa amistad de la que hablé entre ellos dos. Esa parte, me encantó :)
En tema de sensiblerías, otro de los puntos bonitos del capítulo es el momento en que Walter y Peter entablan una conversación justo después de ver la cinta de despedida de Walter y su explicación de las paradojas. Algo que aún encuentro complicado. La desaparición de Walter en 2015 y demás… aún me trae algún quebradero de cabeza.
Pasando a los guiños, antes he comentado que hay unos cuantos. Uno de los más claros es la mano con seis dedos que se ve en la pared, justo cuando Olivia y Peter atacan a los observadores con las plagas vistas en anteriores episodios. Las mariposas, los bichos que desgarran desde dentro y muchos otros. En la anterior entrada dije que se tenía que tener buen estómago para esta serie, y se confirma! jajaja
Sinceramente, creo que lo más triste, es justo lo que pasa después. September/Donald, intentando llevar a cabo la tarea de guiar al niño al futuro para que éste último sienta que es querido por su padre pero que se ve truncado por una bala que le consigue alcanzar. El niño no obstante, creo que lo comprende, sabe que su padre le quiere y se lo demuestra con esa cancioncilla tan hermosa… Con este giro en los acontecimientos es Walter quien debe sacrificarse, como nos hicieron pensar en un principio antes de que se inmiscuyera September… Así que la última imagen antes de resetear el tiempo es la misma que cuando empezó todo: Walter con un niño de la mano.
Pasamos a 2015 con una imagen que hemos visto rota muchas veces. Olivia y Peter disfrutando con su hija en el parque, el momento en que los observadores entran en su mundo. Aunque esta vez, un poco diferente. Al final, Etta y Peter consiguen ese abrazo tan deseado por los fans. Ese abrazo que significa que todo el plan ha resultado, que todo vuelve donde debería. Y seguimos con los guiños o referencias al pasado. Esa carta que se nos comentaba en la última cinta de Walter, la que va dirigida a Peter y la que desencadena los llantos tanto por ellos como por los que ven la serie, llega. Una carta que nos deja entrever otra dirigida a todos nosotros, los fans que han hecho posible que la serie siguiese a flote hasta su final.
¿Y que contiene la carta? El tan famoso tulipán blanco, como no podía ser de otra forma. Ese tulipán que hará que Peter intente llamar a Walter pero no conteste… Walter ya no existe en su realidad, pero existe de alguna forma en el futuro. La cara de Peter ante esa cara es un poema y la verdad es que me da pena que nunca pueda recordar la verdad, puesto que todo lo que ha pasado es como si no lo hubieran vivido del todo. Es un tanto extraño todo esto de las paradojas. Extraño y muy complicado de explicar. Tanto, que no sé como se las han apañado para dejarlo todo tan bien ligado. Yo me vería incapaz de hacer un guión semejante.
Aunque ahora que lo pienso, todas estas paradojas y historias tan difíciles de comprender… ya lo vimos en Perdidos no? Lo dicho, que para mí todo empezó siendo un pupurri de CSI, Mentes Criminales o El Mentalista pero que se ha vuelto muy Perdidos, pero sólo me queda dar las gracias por el que lo imaginó todo y sobretodo, al que me recomendó esta serie que tanto me ha gustado.
Realmente, estos dos capítulos, además de encantarme me han dejado un poco descolocada. Todo es demasiado complicado y la verdad es que no descarto un segundo visionado de la serie tal como estoy haciendo con Perdidos actualmente. Podría haber escrito un «No tengo palabras» como comenté anteriormente pero creo que la serie se merece un hueco en mi humilde blog. Espero que no se haya hecho muy larga (es la más larga de todas las que he escrito) y espero que os haya gustado la serie tanto como a mí.
Gracias a todo el que ha conseguido que esta serie siga adelante hasta este bonito final.
Ganas de cine 